EL PIRATA QUE NO ERA NADA PIRATA
Había una vez, un pirata muy
extraño, tan extraño que cuando lo conté, nadie se lo creyó. Se llamaba Barba Buena.
Era alto, no tenía cara de malo, tenía la
barba larga y no estaba ni gordo ni flaco. Tampoco tenía pata de palo.
En el parche del ojo había algo escrito: Barba Buena.
Barba Buena vivía en una isla
llamada: La Isla De Las Cuevas.
Su barco encalló en la playa
de esa isla en 1.996.
Comía semillas de girasol.
Un día, quiso hacer un viaje
para volver a sus tierras, salió de su cueva, desencalló el barco y se puso en
camino.
Al llegar le esperaba una
gran sorpresa.
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